Nicanor Sánchez Marín






Extracto autobiográfico

Nací en Extremadura, en un pueblecito llamado Santiago del Campo de la provincia de Cáceres, el día 26 de Marzo de 1937, y siendo un extremeño de pura cepa vivo fuera de Extremadura, y , eso me duele.

Mi familia era una familia humilde, y yo el más pequeño de cuatro hermanos, dos mujeres y dos hombres. Cuando cumplí los ocho años fui a la escuela por primera vez, en la que permanecí hasta los once años, que tuve que dejarla para ayudar en los trabajos de la casa. Aquí aprendí a leer mal y a escribir peor y las cuatro reglas hasta dividir por cuatro cifras. Me sacaron de la escuela como he dicho antes para ayudar a mi padre en las tareas del molino, (no he dicho antes que mi padre era molinero), y , como entonces la cultura no era una fuente de ingresos en la casa, ya que la cultura no daba para comer, según la teoría de los padres. El molino estaba fuera del pueblo, en el río Almonte a unas cuatro leguas del mismo, y había que hacer todos los días mañana y tarde, con las maquilas de trigo por la mañana y con la molienda ya hecha por la tarde.

Esta etapa se puede decir fue la más hermosa de mi vida, vivir en el molino en contacto con la naturaleza, bañarme y saber nadar, jugar en el agua, y pescar con mi padre en una pequeña barca que él tenía para echar las redes al agua. Mi infancia fue muy buena a pesar de pasar muchas necesidades, hambre, miserias y muchas carencias, pero bueno, a pesar de todo eso era feliz, porque todo se compensaba con el juego y yo jugaba mucho.

Cuando tuve entre catorce y quince años tuve que aprender a segar y cuando llegaba el verano pues a segar, por un pan y un kilo de tocino añejo y rancio a la semana, así hasta que cumplí los dieciocho años y, arengado por mi padre me fui a la mili voluntario, con la intención de hacerme militar y con ello solucionarme la vida, sin embargo el ejército no era lo mío, y cuando cumplí el compromiso de cuatro años me licencié.

Pero fue en el ejército donde conocí a Esteban Campuzano Moreno, pintor de Archena, Murcia, que me orientó en el tema de la pintura y me compré unas acuarelas y él me dio las primeras lecciones de este arte. Yo por entonces,(como todos los soldados), leía novelas del oeste y este compañero me aconsejó que debía leer otra clase de literatura que me ayudaría en mi afición por la pintura, y él mismo me recomendó tres libros concretos: "La madre ", de Pearl S. Buck, "Cuerpos y almas", de Maxence Van Der Meersch y "El filo de la navaja" de William Somerset Maugham. Compré estos libros y ellos fueron los primeros que leí de buena literatura. A partir de entonces siempre que he podido he leído libros y he pintado. Mi afición a la lectura y a la pintura me llevaron a la poesía, y desde los años ochenta más o menos hasta ahora he hecho doce exposiciones individuales, he participado en varios certámenes nacionales, y en varias exposiciones colectivas. En poesía he conseguido cuatro premios en certámenes, que aunque no eran de gran importancia, para mí lo fueron. He conseguido publicar un libro de poemas que era mi gran ilusión y tengo otro que espero publicar también. He dado varios recitales de poesía, me gusta la declamación.

A los cincuenta y siete años, después de que me prejubilaron donde trabajaba, me matriculé en una escuela de mayores en Móstoles para hacer el graduado escolar, en el centro de Agustina de Aragón que para mí es un gran centro con un gran equipo de profesores. Aquí hice el graduado escolar y la E.S.O., aunque me quedaron las matemáticas porque tuve que hacerme una intervención quirúrgica importante. A partir de esta edad me puse a hacer teatro en C.S.C. El Soto de Móstoles, aquí representé entre otras grandes obras, "Los batifondos de Chioggia", de Goldoni, "Los cuernos de Don Friolera", de Valle Inclán, "Bodas de Sangre" de García Lorca. En la actualidad dirijo un grupo de teatro en mi pueblo, donde representamos en el verano, una obra de teatro en la plaza, y como el grupo está formado por personas de Santiago y Talaván pues hacemos otra representación en Talaván.

Tengo setenta y dos años, y estas cosas que hago me dan la vida.

Tengo cuatro hijos y cinco nietos a los que amo con toda mi alma y por los que si me lo piden daría la vida.

Estoy comprometido con parte de la sociedad, la sociedad corrupta, con esos gobernantes que mienten y no se ponen de acuerdo en nada, con tantas promesas rotas y niños muriendo de hambre, a manos de los asesinos de niños, con las monarquías, con tantas bendiciones sin pan, porque las bendiciones si no tienen comida no sirven. Jesucristo con sus bendiciones compartía su pan y su justicia, era ecuánime, justo y equitativo: Y por eso lo mataron, el día que murió, el mundo tembló, pero: Después….Mucho hambre de poder, falta de entendimiento, de justicia y de ecuanimidad. ¡Seguid así!, ¡Gracias!

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